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El pico de Peñalara es el más alto de los Montes Carpetanos con sus 2.430 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su presencia destaca en los paisajes de la ciudad de Segovia o La Granja de San Ildefonso formando un telón de fondo de más de 1.100 metros de prominencia, coronando el Parque Natural de Peñalara.  Cobijado en su cara Este se encuentra un circo glaciar excavado en el duro granito por un grueso bloque de hielo existente tiempo atrás, y en cuyo centro se sitúa la Laguna Grande de Peñalara. Esta laguna permanece congelada de Diciembre a Marzo debido a las temperaturas bajo cero que se dan en esta zona, pero a pesar de ello en su interior habitan especies de anfibios de alta montaña, otorgándole a la laguna el grado máximo de protección del parque.

Delimitador natural entre las comunidades autónomas de Castilla y León y Madrid, este pico además de su valor natural ha tenido una destacada importancia en la formación de montañeros y alpinistas madrileños, ya que sus fáciles accesos le han convertido en una montaña muy concurrida por excursionistas.



Con su cima redondeada, un alto valor natural y unas condiciones meteorológicas perfectas para un mes de Enero nos decidimos a subir hasta la corona de la Comunidad de Madrid y comentar nuestras experiencias en este blog.

El pico de Peñalara es muy accesible. Se puede acceder en coche hasta el puerto de Cotos por la M-604, tanto desde el municipio de Rascafría si se viene desde el norte de Madrid,  como desde el puerto de Navacerrada, si se procede de Segovia o del resto de Madrid, donde enlaza con la M-601. En este puerto hay un parking amplio, aunque se recomienda ir a primeras horas de la mañana ya que es un área muy concurrida, sobre todo los fines de semana cuando la gente busca un respiro lejos de la rutina urbana. Por si no fuera poco, también se puede acceder al puerto de Cotos en la red de Cercanías, mediante la línea C-9 que une el municipio de Cercedilla con Cotos, pudiendo llegar a Cercedilla desde la estación de Atocha en la línea C-8b. Por último también es posible llegar en autobús, a través de la línea 691 que une Moncloa con la estación de esquí de Valdesquí. (Consultar horarios de tren y autobuses aquí: www.ctm-madrid.es)

Ruta de ascenso desde el puerto de Cotos.
Una vez en el puerto de Cotos, a 1.830 metros de altitud, un camino adoquinado nos mostrará los primeros metros de la ascensión mientras flanqueamos a la derecha la Venta de Marcelino (recomendable si se quieren tomar fuerzas antes de la ascensión o si nos olvidamos la botella de agua encima de la mesa de la cocina de nuestra casa), y a nuestra izquierda la Casa del Parque, dónde nos podrán informar de buen grado sobre el parque natural y sus distintas rutas. En nuestro caso tomaremos la Ruta 1, de ascensión directa desde el puerto de Cotos hasta el pico de Peñalara. La duración de esta ruta es de unas 5 horas contabilizando subida y bajada, yendo a un ritmo tranquilo y con descansos, con una longitud de 8,8 km en total. Cabe destacar que debido al grado de protección del parque no se deben abandonar las sendas marcadas.

No hay que olvidar que es una montaña de más de 
Perfil topográfico. Pendiente media 12%
2.400 metros de altitud, con gran cantidad de nieve desde Noviembre hasta Abril, por lo que pese a su facilidad es obligatorio ir bien preparado con un buen calzado de montaña (que sea impermeable y tenga buen agarre si decidimos ir en invierno). Unos bastones nos facilitarán la tarea de ascensión sobre todo en caso de que haya nieve.

Dejando atrás la Casa del Parque y un panel con un mapa de la zona, el camino adoquinado deja paso a un camino de tierra que se adentra entre el pinar silvestre que nos acompañará durante la primera parte de la ascensión. En el primer recodo del camino nos encontramos en el Mirador de la Gitana, en el que un hito con una aguja que podemos dirigir nos indica que picos tenemos delante de nuestros ojos, al otro lado del valle del río Lozoya. Desde este mirador podemos ver algunos picos de Cuerda Larga como las Cabezas de Hierro o la Bola del Mundo.


Primeras placas de hielo sobre la senda.
Tras preparar al cuerpo con la primera subida hasta el mirador seguimos subiendo para alcanzar el Cobertizo del Depósito situado a unos 1.900 metros. Si ascendemos en invierno a esta altitud ya comenzamos a encontrarnos importantes placas de hielo en áreas de umbría, por lo que debemos tener cierto cuidado si no queremos abandonar la senda con algún hueso roto.

El camino sigue ascendiendo zigzagueante por el pinar, el cual cada vez es menos denso. En un recodo del camino hay un desvío hacia la derecha, marcado por una valla de madera que se dirige hacia la Laguna Grande. Ese camino es muy sencillo y está bien adecuado para cualquier público al que no le importe realizar un mínimo esfuerzo físico, pero no es nuestro caso ya que nosotros queremos ascender al pico, por lo que debemos continuar recto por nuestro camino sin desviarnos.

Vistas de las Cabezas de Hierro y la Bola del Mundo
durante la ascensión.
Poco a poco la espesura del pinar va desapareciendo, estando completamente expuestos a la radiación del astro rey, por lo que se recomienda llevar protección solar en cualquier época del año. Las placas de hielo son más frecuentes y empezamos a encontrarnos con los primeros montones de nieve por el camino. Ahora las vistas del pico nevado de Peñalara, junto a los picos de las Dos Hermanas cuyas faldas estamos subiendo son totalmente claras, así como los picos de las Cabezas de Hierro, la Bola del Mundo, el Puerto de Navacerrada y Siete Picos.


Llegamos a los 2100 metros de altitud con una fuerte subida que sacará lo mejor de nosotros mismos cuando otro desvío nos permite ir al Refugio de Zabala (2.075 m.), el cual se sitúa a nuestra derecha como un edificio construido en granito sobre la Laguna Grande. Si la senda se nos antoja complicada se puede tomar este camino para no superar los fuertes desniveles que nos encontramos al levantar nuestras cabezas.

Nos enfrentamos al último tramo de la primera subida, más exigente físicamente debido a la nieve. Con este último tramo alcanzaremos el pico de la Hermana Menor (2.271 m.).  La llegada a este pico es un alivio y las vistas que nos encontramos de toda la vertiente Oeste provoca que la subida haya merecido la pena. En un día claro las vistas de la ciudad de Segovia son muy nítidas, e incluso podremos ver a nuestra izquierda (dirección Suroeste) la majestuosidad del pico nevado del Almanzor con sus 2.592 metros de altura.


Al fondo, el Macizo de Gredos y el pico Almanzor nevado.
Una vez en la cima de la Hermana Menor podemos tomar el camino con mayor tranquilidad avanzando por la cresta montañosa unos 670 metros hacia el pico de la Hermana Mayor (2.285 m.). En este pico se puede tomar un último respiro para comenzar la subida al pico de Peñalara, que se muestra inalterable y firme bajo un cielo limpio. Este pequeño collado estaba cubierto en gran parte por placas de hielo, siendo ésta la principal dificultad para avanzar hasta la Hermana Mayor en un día como este.

El cielo despejado comienza a acompañarnos de fuertes vientos del norte, por lo que decidimos descansar en la Hermana Mayor para tomar unas ricas barritas energéticas en forma de bocadillos de chorizo, y esperamos a que el viento helado amaine. La presencia de un helicóptero de rescate trasladando a un escalador accidentado indica que hay que tener precaución máxima en la montaña.

Una vez recuperadas las fuerzas y entrados en calor encaramos la vertiente Sur de Peñalara. Es una pendiente constante cuya mayor dificultad son las fuerzas que falten en nuestras piernas. Según ascendemos las placas de hielo son menores, la brisa es menor y los potentes rayos de Sol caen sobre nosotros.


Impresionante cielo azul sobre la cumbre de Peñalara.
Y llegamos a la cumbre. En este momento cualquier esfuerzo se ve recompensado por las excelentes vistas que nos descubren las nubes al momento de llegar. Un vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional nos indica que hemos alcanzado los 2.430 metros de altitud. En este lugar todos los excursionistas no dejan la oportunidad de hacerse una foto junto al vértice, los grupos de amigos descansan en la rocosa superficie de la cumbre y se preparan para un descenso con el Sol en lo más alto del cielo.

Una experiencia increíble al alcance de cualquier persona a tan sólo una hora de Madrid. Además de la subida a la cumbre de Peñalara, también es muy recomendable la visita a la Laguna Grande, donde se puede disfrutar con la familia de un día de campo sin necesidad de realizar un importante esfuerzo físico.

No olvidéis que no se deben abandonar las sendas señalizadas para que nosotros y las futuras generaciones podamos disfrutar de un área que tendrá pronto la figura máxima de protección natural de España: el Parque Nacional de Guadarrama.

Nosotros tampoco pudimos evitar hacernos una foto en el vértice...

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